El ejercicio ha mostrado sus efectos beneficiosos sobre los pacientes con diabetes tipo 1, mejorando la calidad de vida y minimizando los efectos negativos de la enfermedad. Recientemente, se han publicado los resultados de un metaanálisis (Tonoli y col, 2012; Sports Med 42: 1059-80) para determinar los efectos globales de las respuestas y adaptaciones al ejercicio en estos pacientes. El análisis de las investigaciones previas (33 estudios) mostró que tanto el ejercicio de resistencia aeróbica como el de fuerza mostraron sus efectos positivos en el control de la glucemia, pero es el entrenamiento aeróbico el más eficaz en el control de la glucemia a largo plazo. Por otra parte, la inclusión de breves periodos de alta intensidad (tipo sprint) en la sesión de ejercicio aeróbico, puede minimizar el riesgo de padecer episodios de hipoglucemia.
Por consiguiente, el entrenamiento aeróbico de base con breves periodos de ejercicio de alta intensidad, parece el más indicado para los pacientes con diabetes tipo 1. Tanto la intensidad del ejercicio aeróbico, como la duración, número e intensidad de los episodios “anaeróbicos” incluidos en la misma sesión deben individualizarse, preferiblemente por la ayuda de una prueba de esfuerzo con análisis de gases respiratorios.
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