Desde hace algún tiempo se ha extendido la utilización de las plataformas inestables en la realización de programas de entrenamiento de fuerza, tanto en el ámbito deportivo, como en el de salud o rehabilitación. La mayor participación de los músculos agonistas, así como los estabilizadores justifican esta tendencia. En este contexto no hay muchos estudios que hayan evaluado si la realización de ejercicios de fuerza sobre superficies inestables proporciona un mayor estímulo de entrenamiento. Recientemente, un grupo de investigadores españoles han publicado los resultados de un estudio (Chulvi-Medrano I y col, 2012; Int J Sports Phys Ther 7: 586-94) en el que compararon los efectos sobre el desarrollo de la fuerza, entrenando “fondos” (push-up) sobre superficies estables e inestables. Sujetos jóvenes con experiencia en el entrenamiento de fuerza, entrenaron dos días por semana durante 8 semanas en tres superficies: suelo, T-Bow® o BOSU®. Los resultados mostraron que ni la fuerza máxima (1RM), ni la fuerza resistencia (nº de fondos realizados) mejoraron adicionalmente con las superficies inestables respecto al entrenamiento en suelo.
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