El ejercicio, especialmente el relacionado con el deporte, incrementa el estrés oxidativo y las respuestas inflamatorias; estas, son respuestas fisiológicas al ejercicio que conllevan fenómenos de adaptación si las cargas del entrenamiento son las adecuadas al nivel funcional del deportista. Es ese binomio “respuesta-adaptación” la piedra angular del entrenamiento deportivo y por extensión de la fisiología del ejercicio. Algunas ayudas ergogénicas tienen como objetivo facilitar los fenómenos de adaptación, y está en debate si realmente son de utilidad los suplementos antioxidantes administrados de forma continuada. En este sentido los ácidos grasos poli-insaturados Omega-3 (PUFAs) han mostrado capacidad de disminuir la producción de eicosanoides inflamatorios, citoquinas y especies reactivas oxidantes, atenuando con ello los fenómenos inflamatorios, y quizás las enfermedades inflamatorias. Si la suplementación con omega-3 PUFA puede mejorar el rendimiento es una cuestión atractiva para los médicos del deporte, entrenadores y atletas.
En el post de mañana discutiremos que dicen las investigaciones al respecto
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