Prácticamente todas las guías elaboradas por distintas asociaciones incluyen el entrenamiento de fuerza para ayudar a la pérdida de grasa corporal en sujetos con sobrepeso u obesidad, habiéndose incluso propuesto al entrenamiento de fuerza como eje fundamental del ejercicio a desarrollar por las personas con problemas de peso corporal. El debate sigue abierto ya que no solo hay que considerar aspectos relativos a los propios efectos fisiológicos de descenso de la grasa corporal, sino también los relativos a la salud y a la adherencia a los programas. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Willis y col, 2012; J Appl Physiol -27 sep) en el que se compararon los efectos del entrenamiento aeróbico (AT), de fuerza (RT) y una combinación de ambos (AT/RT), con el fin de determinar la modalidad óptima de entrenamiento para reducir el sobrepeso. Participaron en el estudio 119 sedentarios realizando durante 8 meses protocolos basados en el entrenamiento aeróbico, de fuerza o combinación de ambos. Los resultados mostraron que el AT y AT/RT provocaron un mayor descenso de peso corporal y %grasa que el RT, sin diferencias significativas entre AT y AT/RT. Por otra parte, RT y AT/RT aumentaron la masa libre de grasa más que AT. Mientras que el entrenamiento AT/RT requirió el doble de tiempo de ejecución que el AT, no se asoció con una mayor pérdida de peso o %grasa. Los autores argumentan que balanceando el tiempo dedicado al entrenamiento frente a los beneficios para la salud, parece que el entrenamiento aeróbico es el ejercicio más recomendable para reducir el peso corporal y/o %grasa, mientras que un programa que incluya entrenamiento de fuerza es necesario para aumentar la masa libre de grasa en sujetos de edad media con sobrepeso.
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