El ejercicio interválico de alta intensidad (sprint) ha mostrado sus efectos sobre diferentes marcadores de salud, sin embargo los efectos sobre el apetito y el balance energético no son bien conocidos. Además, muchas personas con sobrepeso que se acercan al ejercicio como ayuda para controlar su peso corporal, argumentan que el ejercicio les aumenta el apetito, lo que lleva a una mayor ingesta calórica. Recientemente, investigadores de UK han publicado los resultados de un estudio (Deighton y col, 2012; Eur J Appl Physiol 31-oct) en el que compararon los efectos de una sesión de entrenamiento interválico de alta intensidad (6 periodos de 30 s de máxima intensidad), con una sesión de resistencia aeróbica (68% VO2max) de 60 minutos. Los resultados mostraron que el ejercicio de resistencia aeróbica se asoció con una menor percepción de apetito en las horas posteriores a la sesión, e indujo un mayor déficit de energía en las 24 h posteriores al ejercicio debido a un mayor gasto energético durante la sesión.
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