Según los últimos datos recogidos por las firmas comerciales, cada año aumenta el número de corredores populares. Así mismo, potentes marcas deportivas hacen cada vez más anuncios orientados a los pies de los deportistas populares. Desde hace pocos años, los análisis biomecánicos de la pisada se introdujeron como una prueba médica rutinaria más dentro de los reconocimientos médicos-deportivos de muchos clubes de fútbol o para deportistas de alto nivel. Pero la pregunta es: ¿por qué se trata de diferente manera a un deportista de élite que a un deportista recreacional en este aspecto? ¿por qué las pruebas de la pisada la realizan profesionales especializados en el primer caso y tiendas de deporte sin personal cualificado en el segundo ejemplo? La respuesta es fácil: interés económico.
Los pies siempre han estado subestimados, tanto en el ámbito social como en el ámbito profesional; la población sólo se acuerda de los pies cuando tiene un "callo" pero jamás piensan que una pisada alterada puede ser motivo de dolores lumbares, y en tal caso, no acuden a un podólogo para determinar la etiología del problema. Sería impensable que una prueba de lactacto la llevara a cabo un encargado de una tienda de deporte. ¿por qué se permite que se haga un análisis de la pisada a un vendedor de tienda deportiva?
El análisis biomecánico de la manera de caminar, completado o no con un estudio de las presiones plantares (podobarometría) aporta datos tales como la posición de la articulación subastragalina, orientación de las carillas articulares mediotarsianas o movilidad de la articulación de Lisfranc. Pero esto no es tan sencillo como decir que un paciente es "pronador" o "supinador". No sólo se pisa "hacia dentro" o "hacia fuera", sino que hay un arco iris entero de términos medios que define si es una pisada hiperpronadora, o pronadora fisiológica; por poner un ejemplo, las tibias y las desviaciones en genu también tienen mucho que ver en estas cuestiones biomecánicas. Por ello, no es siempre bueno limitar el movimiento pronador o supinador del pie dado que quizá este sea el correcto para la morfología concreta de ese paciente. Este es otro motivo por el que unas plantillas a medida con un estudio personalizado cobran importancia frente a unas zapatillas, que aunque sean supinadoras o pronadoras, no dejan de ser estándar.
La profesionalización de la Podología, y más concretamente de su rama deportiva y quirúrgica, hace que se estén determinando parámetros clínicos científicamente probados a la hora de manejar el pie del deportista. La tecnología puesta al servicio del podólogo, así como su formación universitaria, incluso en algunos casos doctoral, es suficiente razón como para que los corredores no se dejen confundir por soluciones de marketing cuyo objeto es vender zapatillas de deporte. Los medios técnicos puestos en manos de profesionales NO especializados no tienen la utilidad necesaria para el deportista (bien sea de élite, bien sea recreacional).
Por el contrario, muchos profesionales sanitarios están conociendo, confiando y derivando pacientes al Podólogo deportivo, de manera que los tratamientos que pautan se ven completados por la ayuda de un experto en pies, hecho beneficioso en último término para el paciente que refiere una patología que le impide practicar deporte.
Con todo ello quería expresar el sentir de una profesión que con el paso del tiempo va creciendo pero que se ha visto perjudicada recientemente por campañas publicitarias imprecisas; así mismo, animo a la supra-especialización de la profesión y al esfuerzo de todos nosotros, para ser cada vez mejores y no acomodarnos en los conocimientos adquiridos, pues los nuevos conocimientos por adquirir reemplazarán a los anteriores.
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