jueves, 28 de junio de 2012

PEQUEÑAS CARGAS DE EJERCICIO AERÓBICO PROCUCEN ADAPTACIONES METABÓLICASMUSCULARES

Investigadores canadienses  (Green y col, 2012; Eur J Appl Physiol -17 jun) valoraron la hipótesis de que un breve periodo de entrenamiento (10 días) basado en ejercicio aeróbico de breve duración (30 min) e intensidad moderada (60% VO2max) era suficiente para provocar adaptaciones metabólicas y e regulación de sustratos en sujetos sanos activos. Para ello los autores conformaron dos grupos, uno entrenaba en sesiones de 30 min, y el otro durante 60 min, y ambos al 60% VO2max pedaleando en una bicicleta. Los resultados mostraron cambios metabólicos (atenuación del descenso de fosfocreatina y del aumento de ADP y AMP, durante el ejercicio) sin diferencias entre ambos protocolos. El entrenamiento de 60 min produjo mayor acúmulo de glucógeno muscular que el entrenamiento de 30 minutos. No se observaron cambios en el VO2max, en ambas modalidades de entrenamiento.

Los resultados de este estudio sugieren que estímulos de entrenamiento aeróbico de baja intensidad y breve duración provocan adaptaciones metabólicas musculares en solo 10 días, y que doblar la duración del ejercicio no provoca adaptaciones metabólicas adicionales, excepto el incremento de las reservas de glucógeno.

miércoles, 27 de junio de 2012

ADAPTACIONES NEUROMUSCULARES CON ENTRENAMIENTO COMBINADO DE FUERZA YRESISTENCIA AERÓBICA EN CORREDORES DE FONDO

Este estudio  (Taipale y col, 2012; Eur J Appl Physiol -19 jun) comparó los efectos de diferentes protocolos de entrenamiento de fuerza (explosiva, fuerza máxima y combinación de ambas), junto con entrenamiento de carrera de resistencia aeróbica durante un periodo de intervención de 8 semanas. El entrenamiento de fuerza se efectuó 1-2 veces/semana, y el de resistencia aeróbica 3-4 veces/semana. El entrenamiento en los tres grupos provocó mejoras significativas en la fuerza máxima, salto contramovimiento, velocidad de carrera máxima y velocidad de carrera en el segundo umbral (umbral de compensación respiratoria), sin diferencia entre grupos. El VO2max y la economía de carrera no se modificaron en ningún grupo.

Este estudio demuestra que un bajo volumen de entrenamiento de fuerza (máxima, explosiva o mixta) combinado con entrenamiento de resistencia aeróbica produce significativas ganancias de fuerza y potencia muscular, así como de rendimiento aeróbico (VO2max y Umbral de compensación respiratoria), sin diferencias relacionadas con la modalidad del entrenamiento de fuerza.

viernes, 22 de junio de 2012

EFECTOS DEL ÍNDICE GLUCÉMICO DE UNA COMIDA PREVIA AL EJERCICIO SOBRE ELEJERCICIO INTERMITENTE

Se ha mostrado con anterioridad que una comida pre-ejercicio de hidratos de carbono con bajo índice glucémico (LGI) mejora el rendimiento en ejercicios de estado estable de duración prolongada en comparación con la ingesta de hidratos de carbono de alto índice glucémico (HGI). Investigadores del Reino Unido  (Hulton y col, 2012; Int J Sports Med -15 jun) examinaron el impacto de comidas pre-ejercicio de alto y bajo índice glucémico sobre el rendimiento de un ejercicio intermitente de alta intensidad. Nueve jugadores aficionados de fútbol realizaron un protocolo específico de fútbol seguido de1 km de carrera a máximo rendimiento, 3,5 h después de haber ingerido dos tipos de comidas isoenergéticas (aprox. 830 kcal), una con HGI y otra con LGI. Los resultados mostraron ausencia de diferencias significativas en el kilómetro de carrera a máxima intensidad entre las dos condiciones; tampoco se observaron diferencias en las concentraciones séricas de glucosa, ácidos grasos, glicerol, lactato, insulina, ni betahidroximetilbutirato. Los hallazgos sugieren que el tipo de hidratos de carbono en la comida previa a un partido no tiene un impacto significativo en el rendimiento o respuesta metabólica durante 90 minutos de ejercicio intermitente de alta intensidad.

Los resultados de este estudio nos muestran una vez más que se hace necesario conocer el perfil de actividad a desarrollar con el fin de adecuar el consumo más apropiado de los diferentes nutrientes. En el caso del ejercicio intermitente de alta intensidad, el metabolismo de los hidratos de carbono es clave para sostener un alto nivel de rendimiento, y parece que en ese sentido no parece tener mucha influencia el tipo de hidratos de carbono que ingiramos previamente. En este sentido parece más relevante la necesidad global de los hidratos de carbono como base metabólica de esa modalidad de ejercicio, que las propias características de este principio inmediato.

miércoles, 20 de junio de 2012

ADAPTACIONES CARDIOVASCULARES Y NEUROMUSCULARES DURANTE ENTRENAMIENTOCONCURRENTE DE FUERZA Y RESISTENCIA AERÓBICA EN SUJETOS NO ENTRENADOS

La discusión sobre la conveniencia de hacer coincidir entrenamiento de fuerza y resistencia aeróbica es un tema clásico. Recientemente un grupo de investigadores finlandeses, con la inclusión en el equipo de dos de los investigadores españoles  (Mikel IzquierdoyEsteban Gorostiaga) referentes internacionales en fisiología y entrenamiento de la fuerza  (Mikkola y col, 2012; Int J Sports Med -15 jun) examinaron los efectos de un entrenamiento concurrente de fuerza (F) y resistencia aeróbica (RA) sobre las adaptaciones neuromusculares y características de resistencia aeróbica, en comparación con entrenamientos aislados de fuerza y resistencia aeróbica.  Participaron sujetos no entrenados que fueron distribuidos aleatoriamente en grupos que entrenaron (2 veces por semana) durante 21 semanas: grupo de fuerza (F), grupo de resistencia aeróbica (RA) y grupo de entrenamiento concurrente fuerza + resistencia aeróbica (F+RA). Los resultados mostraron como la fuerza isométrica máxima de las piernas aumentó de forma similar en F y en F+RA (20-28%). El aumento de la sección transversal muscular del cuadriceps femoral en F+RA  (11%) fue mayor que en F (6%) o en RA (2%). RA y F+RA aumentaron significativamente la potencia pico en cicloergómetro (11% y 17%, respectivamente), mientras que el VO2max solo mejoró con F+RA (17%). Según los autores el entrenamiento concurrente de fuerza y resistencia aeróbica en sujetos no entrenados optimizó la magnitud de la hipertrofia muscular, la fuerza máxima y la mejora de la resistencia aeróbica, pero interfirió en el desarrollo de la fuerza explosiva.

martes, 19 de junio de 2012

INFLUENCIA DE LA TEMPERATURA DE LA BEBIDA SOBRE LA PALATABILIDAD EINGESTIÓN DE FLUÍDOS DURANTE EJERCICIO DE RESISTENCIA AERÓBICA

La palatabilidad de una bebida influye de manera muy importante en su consumo durante el ejercicio, influenciando con ello en el estado de hidratación, ayudando a prevenir la fatiga, la enfermedad por calor y el descenso del rendimiento. Investigadores australianos (Burdon y col, 2012; Int J Sport Nutr Exerc Metab 22: 199-211) publicaron recientemente una revisión en la que evaluaron los efectos de la temperatura de la bebida sobre el consumo de líquidos durante el ejercicio, valorando al mismo tiempo la influencia de la temperatura sobre la palatabilidad. Los resultados mostraron que en cuanto a la palatabilidad, las bebidas frías (10-22 ºC) o muy frías (0-10 ºC) fueron preferidas frente a la de mayor temperatura (>22 ºC). Por otra parte, se consumió hasta un 50% más si las bebidas estaban frías o muy frías. En conclusión, la temperatura de la bebida inferior a 22 ºC incrementa la palatabilidad, el consumo de fluídos y la hidratación durante el ejercicio, frente a bebidas a más de 22 ºC.

Desde hace tiempo conocemos la necesidad de mantener las bebidas de reposición hidroelectrolítica a bajas temperaturas con el fin de mejorar la hidratación de los deportistas. Esta revisión refuerza esta posición que deberemos respetar esencialmente en ejercicios aeróbicos de larga duración y ambiente caluroso.

lunes, 18 de junio de 2012

ENTRENAMIENTO INTERVÁLICO DE ALTA INTENSIDAD EN REHABILITACIÓN CARDIACA

El entrenamiento interválico de alta intensidad (HIIT) se utiliza frecuentemente en el entrenamiento deportivo, y cada vez más en personas que buscan mejorar su salud y/o fitness cardiorrespiratorio. Los bien conocidos efectos fisiológicos de este tipo de entrenamiento han llevado a considerar su aplicación en los enfermos  con patología cardiovascular. Así, recientemente un grupo canadiense (Guiraud y col, 2012; Sports Med 42: 587-605) acaban de publicar una revisión muy interesante que analiza los resultados de estudios científicos en los que se ha utilizado como entrenamiento base el entrenamiento interválico de alta intensidad, en pacientes coronarios y con insuficiencia cardiaca. El análisis de los resultados indica que el HIIT fue más seguro y mejor tolerado que el entrenamiento continuo de moderada intensidad. En pacientes estables consiguió mayores mejoras clínicas, incluyendo beneficios de factores pronósticos importantes (VO2pico, función ventricular, función endotelial), así como mejoras de la calidad de vida. Además, este tipo de entrenamiento se asoció a una mayor adherencia al programa de ejercicio.

Como vengo señalando en los últimos artículos la intensidad se configura como la piedra angular sobre la que giran los más recientes posicionamientos en relación al entrenamiento aeróbico de personas sanas y ahora también de pacientes. Mi opinión ya la he manifestado con anterioridad, si bien no debemos caer en la tentación de considerar el entrenamiento aeróbico de alta intensidad como la única alternativa válida sin considerar el contexto general del cliente o paciente.

domingo, 17 de junio de 2012

EL ENTRENAMIENTO INTERVÁLICO DE ALTA INTENSIDAD REDUCE EL RIESGOCARDIOMETABÓLICO

Cerca de un 30% de la población de los países llamados “avanzados” reúne criterios de Síndrome Metabólico. Además de la medicación recomendada, estas personas deberían modificar su estilo de vida, y en concreto, el ejercicio físico tendría que incorporarse a sus rutinas diarias. Sin embargo, muchas de las recomendaciones de ejercicio, como realizar 30 min de ejercicio aeróbico 3 días por semana, son de difícil cumplimiento en esta población por distintos motivos, el principal es “el aburrimiento”, que en estas personas, a las que no les atrae el ejercicio, hace mella después de las primeras semanas de programa. Un segundo motivo, es que generalmente estas personas de hábitos sedentarios, no poseen una capacidad funcional suficiente como para soportar una intensidad moderada de ejercicio durante un tiempo prolongado, lo que lleva a minimizar los efectos potenciales del ejercicio sobre los factores de riesgo cardiometabólicos, y ante la “ausencia de efectos claros” las personas optan por abandonar el programa. Desde hace varios años, el entrenamiento aeróbico de alta intensidad y breve duración se abre paso como alternativo al más clásico entrenamiento aeróbico de intensidad moderada, en relación a la modificación de los marcadores de salud cardiometabólica. En este sentido, investigadores estadounidenses  (Kessler y Sissonl, 2012; Sports Med 42: 489-509) acaban de publicar una revisión en una prestigiosa revista que os recomiendo leáis. Los autores examinaron el impacto del entrenamiento interválico de alta intensidad sobre factores de riesgo cardiometabóicos, composición corporal, y fitness cardiovascular, tanto en personas sanas, como en enfermos. Examinaron 14 estudios publicados con anterioridad en los que se comparaban los efectos del entrenamiento aeróbico moderado continuo vs entrenamiento interválico intenso. Los autores concluyen que el entrenamiento interválico de alta intensidad provee mayores mejoras en capacidad aeróbica, y similares cambios en algunos de los factores de riesgo cardiometabólicos, en comparación con el entrenamiento continuo de intensidad moderada. Esos resultados se daban tanto en sujetos sanos, como en pacientes.

Nuevamente el ejercicio aeróbico de alta intensidad aparece mostrando efectos claros positivos, en este caso para la salud cardiometabólica. En mi opinión, y en el contexto del llamado ejercicio-salud, el entrenamiento aeróbico interválico en general, y el interválico aeróbico de alta intensidad en particular, son procedimientos que se deberían contemplar en la primera línea de opciones a la hora de diseñar un programa de ejercicio en personas que desean mejorar su perfil de salud en general, o su nivel de fitness en particular. Solo señalar, que cuando contemplemos esta opción, también asumamos que se hace necesario conocer que el sujeto o paciente no tienen contraindicaciones para la realización de este tipo de entrenamiento, en este sentido un reconocimiento médico-deportivo en el primer caso, o un reconocimiento clínico en el segundo deben ser previos al inicio del programa.

viernes, 15 de junio de 2012

LA PERCEPCIÓN DE ESFUERZO (RPE) ES DE GRAN UTILIDAD PARA CONTROLAR LAINTENSIDAD DE EJERCICIO

La percepción subjetiva del esfuerzo (RPE, 6-20) se utiliza desde hace tiempo con gran eficacia como medio para controlar la intensidad del ejercicio. Recientemente investigadores alemanes  (Scherr y col, 2012; Eur J Appl Physiol –epub ahead of print-22,mayo) han publicado un trabajo en el que trataron de valorar las asociaciones entre los valores de RPE con distintas variables fisiológicas durante el ejercicio aeróbico. Participaron 1560 hombres y mujeres que realizaron tets de esfuerzo en tapiz rodante y cicloergómetro, registrando simultáneamente frecuencia cardiaca, concentración de lactato en sangre y RPE. Los resultados mostraron correlaciones significativas (p<0,001) entre RPE con frecuencia cardiaca y lactato en sangre. Un dato interesante del estudio es que esta asociación no se vio modificada ni por el género, ni por la edad, ni por la capacidad funcional, ni por padecer enfermedad coronaria. Los autores sugieren que un RPE de 11-13 sería recomendable para personas menos entrenadas, y que un valor de 13-15 estaría asociado a entrenamiento aeróbico de cierta intensidad.

Este artículo viene a sumarse a los muchos publicados acerca de la utilidad del RPE para controlar la intensidad del ejercicio. En mi opinión, es el “marcador de intensidad de ejercicio aeróbico” más fiable, no solo en sujetos aficionados, sino también en la élite de los deportistas de resistencia aeróbica. La RPE se distorsiona mucho menos que la frecuencia cardiaca, el VO2 ó incluso el lactato, durante ejercicios de cierta duración, así que se convierte en la variable más fiable. En próximos artículos hablaremos de la diferencia fisiológica entre intensidad y carga, algo que todos deberíamos tener muy claro cuando nos enfrentamos a un entrenamiento, sea deportivo, sea clínico.

jueves, 14 de junio de 2012

ENTRENAMIENTO DE FUERZA: UNA SERIE AUMENTA LA MASA LIBRE DE GRASA YDISMINUYE EL %GRASA

Investigadores estadounidenses (Washburn y col, 2012; J Sports Med Phys Fitness 52: 273) han publicado un trabajo en el que trataron de valorar el impacto de un entrenamiento de fuerza durante 6 meses en una población adulta joven (20,7 años), con sobrepeso (IMC: 27,3), que consistió en 1 serie, 9 ejercicios, 3-6 RM, 3 sesiones/semana. Lógicamente hubo un grupo control que no entrenó. Los resultados mostraron que el entrenamiento de fuerza aumentó la masa libre de grasa (1,5 kg) tanto en hombres como en mujeres, con un mayor incremento en los hombres. El % grasa disminuyó un 0,3% en el total de la muestra, un 3,7% en mujeres, y no hubo diferencias en los hombres. La fuerza máxima aumentó entre un 40% y un 50%.

El debate sobre el protocolo ideal de entrenamiento de fuerza es interesante. Lógicamente depende de los objetivos de cada persona, y es por eso por lo que no se deben adoptar conductas de imitación respecto a programas genéricos previamente establecidos. La idea de utilizar protocolos sencillos, que no causen excesiva fatiga en su ejecución, variados en las tareas, cortos en el tiempo y al mismo tiempo eficaz, es bajo mi punto de vista lo que demandan la mayoría de las personas que se acercan al ejercicio físico desde un punto de vista de mejorar su bienestar.

miércoles, 13 de junio de 2012

EL ENTRENAMIENTO DE FUERZA DISMINUYE LOS FACTORES DE RIESGOCARDIOVASCULAR

Desde hace tiempo el entrenamiento de fuerza es considerado como parte del denominado “ejercicio saludable” con independencia de la realización de entrenamiento aeróbico (mal llamado “cardio”). Este mes, investigadores brasileños (Libardi y col, 2012; J Sports Med Phys Fitness 52: 286-292) publican un estudio en el que evaluaron los efectos de 16 semanas de entrenamiento de fuerza sobre el perfil lipídico de mujeres y hombres sedentarios de edad media. Los sujetos realizaron 3 sesiones semanales de entrenamiento (9 ejercicios, 3 series de 8-10 RM, con 60-90 s de descanso). Los resultados mostraron un descenso significativo de los niveles de colesterol total (~22%) y LDL-C (~36%). No se observaron cambios en HDL-C y triglicéridos. Los autores concluyen que 16 semanas de entrenamiento de fuerza contribuye a disminuir factores de riesgo cardiovascular en hombres y mujeres, incluso son modificar el índice de masa corporal.

Este estudio contribuye a reforzar lo que investigaciones previas han ido mostrando, y es que el entrenamiento de la fuerza contribuye a la mejora de la salud y a la prevención de enfermedades. Sin embargo, en mi opinión, estos resultados no deben hacernos olvidar que desde un punto de vista de prevención de las enfermedades cardiovasculares más prevalentes en nuestra sociedad, es el ejercicio aeróbico el pilar principal sobre el que ha de girar cualquier programa de ejercicio orientado a la salud. Se podrá discutir la intensidad, la frecuencia o la duración, pero no la casi obligatoriedad de incluir el ejercicio aeróbico en un programa integral de ejercicio-salud.

martes, 12 de junio de 2012

PERIODIZACIÓN EN BLOQUE DE INTERVALOS DE ALTA INTENSIDAD EN CICLISMO

Estudio interesante de investigadores noruegos (Ronnestad y col, 2012; Scand J Med Sci Sports –epub ahead of print-31-mayo) que valoraron la efectividad de un programa de entrenamiento en el que durante la primera semana de las cuatro totales del periodo, los ciclistas entrenados realizaron 5 sesiones de entrenamiento aeróbico de alta intensidad (HIT), mientras que en las tres semanas siguientes realizaron una sesión de HIT, y el resto de sesiones de baja intensidad aeróbica. Otro grupo de ciclistas realizó una programación más clásica, en la que durante las 4 semanas realizaron 2 sesiones/semana de HIT, siendo el resto de las sesiones de baja intensidad. Los volúmenes de trabajo fueron similares entre los grupos. Los resultados mostraron mayores adaptaciones reflejadas en VO2max, Wmax y W en 2mM/L lactato, en el grupo que entrenó durante la primera semana cinco sesiones de intensidad.

El estudio sugiere que la periodización en bloque parece provocar mayores adaptaciones que la organización más clásica, a pesar de similar volumen e intensidad totales, durante un periodo de 4 semanas de entrenamiento en ciclistas entrenados.

jueves, 7 de junio de 2012

EL PACIENTE OBESO: ESTRATEGIAS FISIOLÓGICAS EN LA PRESCRIPCIÓN DEEJERCICIO FÍSICO

La obesidad es una enfermedad crónica de origen multifactorial, con una elevada prevalencia en nuestra sociedad, y que forma parte del síndrome metabólico. Padecer obesidad predispone para desarrollar diferentes enfermedades, en especial, cardiovasculares, diabetes mellitus tipo 2, apnea del sueño, ictus, algunos tipos de cáncer, así como trastornos dermatológicos o gastrointestinales.

En particular, la obesidad se asocia con frecuencia con complicaciones cardiovasculares, como la hipertensión arterial, la enfermedad isquémica o el ictus, por lo que hoy en día al paciente obeso se le puede considerar un paciente cardiológico.

El ejercicio físico está indicado en estos pacientes como parte de la estrategia multifactorial de abordaje en esta enfermedad, tal y como han confirmado numerosos estudios, y hoy en día todos los profesionales relacionados con la medicina y el ejercicio físico, reconocemos su utilidad. Sin embargo, con frecuencia la prescripción de ejercicio en estos pacientes se frivoliza en cierta manera, asumiendo incluso competencias que no corresponden.

Un paciente obeso, no es simplemente una persona con elevado  sobrepeso, sino tal y como hemos señalado anteriormente es un paciente cardiológico a todos los efectos; la posición de paciente y las alteraciones fisiopatológicas que conlleva su enfermedad condiciona la prescripción de ejercicio desde distintas perspectivas:

La obesidad se asocia a un estado de sobreexcitación simpático-adrenal, tal y como ocurre en los pacientes que padecen insuficiencia cardiaca crónica. La resistencia a la insulina y la hiperinsulinemia asociada, así como el exceso de grasa corporal  parecen relacionarse con el aumento de excitabilidad simpático-adrenal. También el aumento de las concentraciones séricas de leptina en estos pacientes, contribuyen al aumento de actividad simpática. Esta alteración fisiopatológica condiciona la intensidad de ejercicio aeróbico y también de fuerza recomendable para estos pacientes. Prescribir ejercicio aeróbico por encima del umbral aeróbico (denominado anaeróbico por los clínicos), no está en principio indicado en estos pacientes, lo que obliga a su determinación en una prueba de esfuerzo previa, antes de prescribir intensidad de ejercicio aeróbico. Con el entrenamiento de la fuerza, ocurriría algo similar.

Teniendo en cuenta la condición física de los obesos, y las limitaciones de movilidad inherentes a su exceso de grasa corporal, todos los estudios indican que el ejercicio (entrenamiento) de fuerza muscular, es más efectivo que el clásico planteamiento de ejercicio aeróbico para ayudar a estos pacientes a perder grasa corporal con el ejercicio. Así pues, sin descartar el ejercicio aeróbico (siempre controlando la intensidad), el entrenamiento de fuerza debería ser protagonista.

En relación a la prescripción de ejercicio y al desarrollo de los programas, deben ser el médico (en la prescripción) y el fisioterapeuta (en el desarrollo del programa), los profesionales que atiendan a estos pacientes. Por su condición de paciente, y por las características fisiopatológicas de su enfermedad, estos pacientes deben estar al cuidado de profesionales sanitarios en todo momento.

miércoles, 6 de junio de 2012

ESTRATEGIA DE CARRERA EN 400 M LIBRES EN NATACIÓN

La selección de una estrategia de carrera en natación puede ejercer una influencia decisiva en el rendimiento. Sin embargo, no hay muchos estudios que hayan analizado “el perfil de estrategia” más habitual en nadadores de elite en los 400 m libres. Investigadores del Reino Unido ((Mauger y col, 2012; Med Sci Sports Exerc –epub ahead of print-29-mayo) analizaron la estrategia de competición de 264 nadadores de elite nacional e internacional. Los resultados mostraron que las dos estrategias más utilizadas fueron: 1) salida rápida, y 2) perfil parabólico. Estas estrategias se correspondieron con tiempos cercanos al record del mundo de la prueba (96,08±2,12% y 96,04±2,2%, respectivamente). Este es el primer estudio que utiliza una muestra importante de nadadores de elite.

Estos resultados deberían ser considerados por entrenadores y nadadores, con el fin de integrar quizás estas estrategias en el  entrenamiento.

martes, 5 de junio de 2012

LOS TRIATLETAS MASTER AÚN NO HAN ALCANZADO SU TECHO DE RENDIMIENTO

El mes pasado se publicó en Scand J Med Sci Sports (Stiefel y col, 2012; –epub ahead of print-14-mayo) una investigación muy interesante sobre el rendimiento de los triatletas master en los últimos 16 años. Los autores analizaron los tiempos de todos los finishers del Ironman de Suiza, entre 1995 y 2010, estableciendo para ello periodos de 4 años (1995-1998, 1999-2002, 2003-2006, 2007-2010). La participación de triatletas >40 años aumentó a lo largo de los años, representando una media del 23%, 28%, 37% y 48% del total de todos los finishers durante los 4 periodos de 4 años establecidos. Además, el rendimiento de los master (>40) mejoró en natación, ciclismo, carrera y tiempo total, en cada uno de los periodos de cuatro años, indicando con ello que este grupo de edad no ha alcanzado aún su máximo rendimiento en esta disciplina.

Esta investigación muestra que la participación de triatletas master (>40 años) es muy relevante en los triatlones “aficionados”, llegando a constituir hasta casi el 50% del total de participantes. Además, el rendimiento ha ido mejorando a lo largo de los años, lo que probablemente se justifique por los entrenamientos, experiencia en competición y factores socio-demográficos.

lunes, 4 de junio de 2012

INGESTA DE PROTEÍNAS PRE vs POST-EJERCICIO

Se ha establecido que el aumento de aminoácidos en sangre que ocurre después de la ingesta de proteínas de rápida asimilación administradas después del ejercicio de fuerza, incrementa la síntesis de proteínas musculares. Estas investigaciones han llevado a que la mayoría de los deportistas que entrenan fuerza se suplementen con proteínas una vez finalizada la sesión de entrenamiento.

En mayo de este año, se publicó un estudio (Burke y col, 2012; Med Sci Sports Exerc –epub ahead of print-22-mayo) en el que los investigadores demostraron que la ingesta de proteínas de lenta asimilación antes del entrenamiento de fuerza, era tan efectiva sobre el incremento de la síntesis de proteínas musculares, como el planteamiento clásico de la ingesta al terminar la sesión de entrenamiento.

Esta investigación viene a reforzar la premisa que todos hemos de tener siempre presente, y es que en fisiología no existe un único camino para llegar a las adaptaciones objetivo. Y esto también es válido en muchos aspectos relacionados con la alimentación y la suplementación deportiva, como demuestra esta investigación.

domingo, 3 de junio de 2012

EJERCICIO DE ALTA INTESIDAD vs SALUD

Hay una tendencia, claramente establecida en las publicaciones de las revistas científicas en los últimos 3 años, sobre la consideración de recomendar ejercicios de alta intensidad para mejorar los que habitualmente denominados marcadores biológicos de salud, y con ello prevenir muchas de las enfermedades crónicas más prevalente en nuestra sociedad. Una nueva evidencia en este sentido la han publicado recientemente investigadores de Harvard (Chomistek y col, 2012; Med Sci Sports Exerc -epub ahead of print-24, abril), que estudiaron a 44551 sujetos durante 22 años. Los autores examinaron las asociaciones entre la actividad física moderada y vigorosa, y el riesgo de padecer las enfermedades crónicas más prevalentes durante los 22 años de seguimiento; se documentaron 14162 enfermedades importantes, incluyendo 4769 eventos cardiovasculares, 6449 casos de cáncer, y 2944 muertes por otras causas. Los resultados mostraron que una actividad más vigorosa se asoció con un menor riesgo de enfermedad. Los autores concluyeron que tanto la actividad física moderada, como la vigorosa se asociaron con menor riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular y otras enfermedades crónicas. Un dato importante fue que el aumento de volumen de actividad vigorosa se asoció inversamente con el riesgo de enfermedad, incluso entre aquellos sujetos que más ejercicio realizaron.

Así pues, esta nueva investigación se suma a la tendencia actual de considerar la intensidad como eje fundamental en la recomendación de ejercicio, tanto aeróbico, como de fuerza muscular.