Hay una tendencia, claramente establecida en las publicaciones de las revistas científicas en los últimos 3 años, sobre la consideración de recomendar ejercicios de alta intensidad para mejorar los que habitualmente denominados marcadores biológicos de salud, y con ello prevenir muchas de las enfermedades crónicas más prevalente en nuestra sociedad. Una nueva evidencia en este sentido la han publicado recientemente investigadores de Harvard (Chomistek y col, 2012; Med Sci Sports Exerc -epub ahead of print-24, abril), que estudiaron a 44551 sujetos durante 22 años. Los autores examinaron las asociaciones entre la actividad física moderada y vigorosa, y el riesgo de padecer las enfermedades crónicas más prevalentes durante los 22 años de seguimiento; se documentaron 14162 enfermedades importantes, incluyendo 4769 eventos cardiovasculares, 6449 casos de cáncer, y 2944 muertes por otras causas. Los resultados mostraron que una actividad más vigorosa se asoció con un menor riesgo de enfermedad. Los autores concluyeron que tanto la actividad física moderada, como la vigorosa se asociaron con menor riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular y otras enfermedades crónicas. Un dato importante fue que el aumento de volumen de actividad vigorosa se asoció inversamente con el riesgo de enfermedad, incluso entre aquellos sujetos que más ejercicio realizaron.
Así pues, esta nueva investigación se suma a la tendencia actual de considerar la intensidad como eje fundamental en la recomendación de ejercicio, tanto aeróbico, como de fuerza muscular.
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