Uno de los objetivos del entrenamiento deportivo en pruebas de resistencia aeróbica es tratar de mantener cargas de trabajo asociadas al VO2max durante el máximo tiempo posible, si bien, los mecanismos fisiológicos que otorgan esa posibilidad no son bien conocidos. Recientemente el grupo de V Billat (Universidad Genopole Evry, Francia) ha publicado un interesante estudio (Billat y col, 2012; Eur J Appl Physiol -3 jul) en el que examinaron el mantenimiento del VO2max, utilizando el propio valor de VO2max como variable de control, en lugar de la carga de trabajo. Para ello, diez sujetos realizaron 3 protocolos de ejercicio: 1) test ergoespirométrico máximo para calcular el VO2max y la mínima potencia asociada a VO2max (PVOmax); 2) test a carga constante en PVOmax; y 3) test a carga variable (VPT), en el que se modificó la carga manteniendo el VO2 en valores de VO2max. Se midió el volumen sistólico (SV) durante el ejercicio, calculándose también la reserva del volumen sistólico. Los resultados mostraron que la carga media de trabajo durante VPT fue significativamente menor que PVOmax (238±79 vs 305±86 W; p<0,01). Todos los sujetos, con independencia del valor de VO2max y/o de la habilidad de alcanzar una meseta en VO2max durante el test incremental, fueron capaces de sostener el VO2max durante más tiempo utilizando VPT, en comparación con el test de carga constante (CPT) (958±36 s vs 136±81 s; p<0,01). Este protocolo, utilizando como variable de control el propio VO2, y no la carga de trabajo, demostró que el mantenimiento del VO2max puede exceder los 15 min, con independencia de los valores de VO2max, sugiriendo que la capacidad para sostener el VO2max tiene limitantes fisiológicos diferentes a los propiamente relacionados con el valor de VO2max.
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