Un estudio recientemente publicado (Stovitz, 2012; Clin J Sport Med 22: 383-384) muestra los resultados de una interesante investigación en la que estudiaron la contribución de la actividad física (PA), del fitness cardiorrespiratorio (CRF), y de la combinación de ambos, en la reducción del riesgo de mortalidad por cualquier causa en hombres y mujeres. Participaron 31818 hombres y 10555 mujeres entre 20 y 82 años, en un seguimiento entre 12 y 14 años, para mujeres y hombres, respectivamente. La actividad física se valoró mediante encuesta determinando frecuencia, duración e intensidad, para calcular el equivalente metabólico total por semana. Se estableció un punto de corte en los 500 MET min/semana. El CRF se estableció mediante una prueba de esfuerzo en tapiz rodante. Durante el periodo de seguimiento hubo 1492 fallecimientos entre los hombres, y 230 entre las mujeres. Los resultados mostraron que la PA > 500 MET min/semana no modificó el riesgo de muerte, ni en hombres, ni en mujeres. En contraste, un CRF moderado o alto se relacionó inversamente con la mortalidad, tanto en hombres, como en mujeres. Esta relación inversa se mantuvo incluso entre los hombres y mujeres que no llegaron a una PA de > 500 MET min/semana. Por otra parte, la combinación de PA >500 MET min/semana a los valores altos de CRF no aportó un menor riesgo adicional de mortalidad, que el obtenido por el CRF alto. Los autores concluyen que el fitness cardiorrespiratorio contribuye más a reducir la mortalidad entre personas sanas, que la actividad física habitualmente recomendada.
Esta investigación y otras previas, abundan en la importancia del fitness cardiorrespiratorio en relación con los factores de riesgo para la salud; incluso se ha podido constatar la relación inversa entre el fitness cardiorrespiratorio y los factores de riesgo metabólico en niños y adolescentes (Vicente-Campos D, Tesis Doctoral, 2012). Podemos considerar el fitness cardiorrespiratorio como la potencia aeróbica máxima de un individuo (VO2max), así que cabe preguntarse qué tipo de actividad física es la que más se vincula a la elevación de los valores de VO2max. En este sentido, la mayoría de los estudios indican una característica fundamental del ejercicio realizado, esto es, LA INTENSIDAD. Así pues, y siguiendo la tendencia de los últimos años, la intensidad elevada debería contemplarse como primera opción en los programas de actividad física y salud.
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