Cada año, insisto a mis alumnos de Fisioterapia de las ventajas que otorga estudiar fisiología del ejercicio para su futura profesión. Así, al trabajar con pacientes, este conocimiento permite utilizar mejor el ejercicio como coadyuvante del tratamiento en distintas enfermedades. Por ejemplo, insisto mucho en las posibilidades que otorga el entrenamiento excéntrico en pacientes limitados cardiopulmonarmente, permitiendo una mejora muy eficaz de la fuerza, capacidad funcional y calidad de vida de muchos de ellos. Desafortunadamente, para muchos (demasiados) fisioterapeutas y médicos rehabilitadores, la fisiología clínica del ejercicio es una especie de agujero negro, que a lo sumo vinculan al deporte. Y lo peor, es que muchas de las “mentes pensantes” que diseñan los planes de estudio de las carreras sanitarias siguen anclados en los ultrasonidos, la magnetoterapia y en el “furbol”.
miércoles, 27 de marzo de 2013
martes, 26 de marzo de 2013
Calentamiento de músculos respiratorios y rendimiento
Ya hemos comentado varias veces la utilidad que el entrenamiento específico de los músculos respiratorios ha demostrado vinculado al rendimiento deportivo. Recientemente, se han publicado los resultados de un estudio (Cheng y col, 2013; Respir Physiol Neurobiol 8-mar) en el que los autores comprobaron si un calentamiento específico podría mejorar el rendimiento. Para ello utilizaron un protocolo que consistió en una carga submáxima en bicicleta (100 y 150 W) de 6 min, seguido de sprint de alta intensidad (6x10 s con 60 s de recuperación). Antes del ejercicio, un grupo de mujeres futbolistas realizaron “calentamiento específico de los músculos respiratorios” inspirando en contra de una resistencia del 40% de la presión inspiratoria máxima, mientras que otro grupo fue placebo, y otro control. Los resultados no mostraron diferencias de rendimiento en los sprint realizados, pero si observaron una menor desoxigenación de los músculos de las piernas durante el ejercicio en el grupo de mujeres que calentaron los músculos respiratorios.
Interesantes resultados, que abren un atractivo campo de estudio en la aplicabilidad del trabajo de los músculos respiratorios antes de un ejercicio de alta intensidad.
lunes, 25 de marzo de 2013
Rendimiento en resistencia aeróbica en octogenarios
Los atletas máster (>40 años) de todas las disciplinas deportivas se han multiplicado en las últimas décadas, alcanzado a veces rendimientos asombrosos. Un reciente estudio (Trappe y col, 2013; J Appl Physiol 114: 3-10) mostró que el VO2max de atletas octogenarios de resistencia aeróbica duplica aproximadamente el que alcanzan las personas no entrenadas de la misma edad (38 vs 21 ml/kg/min). Así, el record del mundo de maratón de categoría de 80 años lo tiene Ed Whitlock (80 años) en 3 h 15 min 54 s, con una velocidad media de carrera solo un 37% menor que el actual record del mundo absoluto (Patrick Makau, 26 años, 2 h 03 min 38 s). Como sabemos, el rendimiento en resistencia aeróbica se basa en tres pilares: 1) VO2max; 2) transición aeróbica-anaeróbica; y 3) economía de carrera. Los estudios realizados hasta la fecha indican que ni la transición aeróbica-anaeróbica, ni la economía de carrera se ven significativamente afectados por la edad, por lo que es esencialmente el descenso del VO2max con la edad lo que condiciona un menor rendimiento en resistencia aeróbica. En este sentido, Lepers y col, 2013, han realizado recientemente un análisis (J Appl Physiol 114: 829) señalando que en base a la anterior consideración, el VO2max de Ed Whitlock debería ser un 37% menor que el de Patrick Makau (80 ml/kg/min), esto es, aproximadamente unos 50 ml/kg/min, pero como hemos señalado anteriormente es mucho menor (-52%). Así pues, esos pilares a los que nos hemos referido anteriormente como “no modificables”, esto es, la transición aeróbica anaeróbica y la economía de carrera, es posible que se comporten en edad avanzada de manera diferente a como lo habíamos pensado. Nuevos estudios con atletas de elite de edad muy avanzada nos aportarán más luz en los próximos años.
jueves, 21 de marzo de 2013
Entrenamiento de fuerza de alta intensidad en edad avanzada
En contra de tendencias de hace años, hoy cada vez está más asentada la idea del entrenamiento de potencia muscular y/o fuerza de alta intensidad en personas de edad avanzada para mejora de su capacidad funcional y calidad de vida. Recientemente se han publicado los resultados de un meta-análisis (Raymond y col, 2013; Arch Phys Med Rehabil 6- marzo) en el que se examinaron los efectos de distintas modalidades de entrenamiento de fuerza en personas de edad avanzada (>65 años). Los resultados mostraron que el entrenamiento de alta intensidad aumentó la fuerza de los miembros inferiores en mayor cuantía que los entrenamientos de baja y moderada intensidad. Sin embargo, al realizar volúmenes iguales de carga, independientemente de la intensidad, no hubo diferencias en las mejoras obtenidas. Las mejoras sobre la capacidad funcional y discapacidad fueron similares con las diferentes intensidades. No hubo correlación entre efectos adversos derivados del entrenamiento y la intensidad del mismo. En resumen, el entrenamiento de fuerza de alta intensidad provoca mejoras más significativas que otras modalidades de entrenamientos menos intensos, aunque el volumen de entrenamiento puede compensar esas mejoras. Por otra parte, no parece necesario aplicar un entrenamiento de alta intensidad para mejorar la capacidad funcional en mayores de edad.
Dado que conseguir volúmenes de entrenamiento de fuerza en edad avanzada es complicado, la opción de la alta intensidad se sitúa como opción preferente en esta población.
Entrenamiento excéntrico en edad avanzada y enfermedad muscular
Desde hace tiempo se acumulan estudios que muestran los beneficios del entrenamiento excéntrico en poblaciones especiales (ej. edad avanzada) y en determinadas patologías (ej. enfermedad muscular tipo Duchenne). El entrenamiento excéntrico que se plantea en la mayoría de las investigaciones se basa en una alta intensidad, y sabemos que esa modalidad de entrenamiento se ha relacionado con daño muscular, lo que nos puede hacer dudar sobre la conveniencia de aplicar este tipo de ejercicio. Así, la prescripción (frecuencia, duración e intensidad) de esta modalidad de entrenamiento ha de basarse en un conocimiento profundo de las características fisiológicas y/o fisiopatológicas de la población a aplicar, para no transformar un hipotético beneficio en un perjuicio no deseado. El entrenamiento clínico es atractivo pero exige un alto grado de profesionalidad.
martes, 19 de marzo de 2013
Entrenamiento combinado de fuerza y resistencia aeróbica en diabetes tipo 2
Junto con la dieta y la medicación, el ejercicio es uno de los pilares en los que se asienta el tratamiento de las personas que padecen diabetes tipo 2. El entrenamiento combinado de fuerza y resistencia aeróbica ha mostrado su efectividad en distintas patologías, entre las que se encuentran la diabetes tipo 2. Recientemente, se han publicado los resultados de un estudio (Grelier y col, 2013; J Sports Med Phys Fitness 53: 56-64) en el que se evaluaron los efectos de este tipo de entrenamiento en hombres y mujeres con diabetes tipo 2. Los pacientes realizaron un programa de entrenamiento combinado (fuerza + resistencia aeróbica) durante tres meses, con 2 sesiones a la semana de entrenamiento. Los resultados no mostraron cambios en VO2max o masa corporal, pero si se observaron menores valores de frecuencia cardiaca y VO2 en distintas cargas submáximas de ejercicio. Asimismo, la fuerza mejoró en los principales grupos musculares.
El entrenamiento de pacientes se basa en dos pilares fundamentales: 1) conocimiento de la enfermedad, así como de los efectos secundarios de los fármacos que se prescriben para su control; y 2) conocimiento de la fisiología del ejercicio, incluidos los conceptos fundamentales del proceso del entrenamiento. Solo así, seremos capaces de diseñar los programas de ejercicio más adecuados.
lunes, 18 de marzo de 2013
Carnosina: indicaciones en fisiología clínica del ejercicio
La suplementación con β-alanina con el fin de aumentar los niveles intramusculares de carnosina, ha sido y es de aplicación frecuente en el área de la fisiología del ejercicio, con el fin de mejorar el rendimiento. La carnosina, es un dipéptido cuyas características le caracterizan como un potente regulador del pH intracelular, y son numerosos los estudios que han avalado su potencial ergogénico en el deporte de competición. Recientemente, se están publicando resultados de investigaciones que muestran la potencialidad de la carnosina como ayuda terapéutica en distintas enfermedades, como diabetes, cáncer, enfermedades neurológicas o el propio envejecimiento. Una revisión publicada recientemente (Sale y col, 2013; Amino Acids 12-mar) muestra el emergente papel terapéutico de la carnosina en diferentes patologías.
Es tiempo para que algunas de las denominadas “ayudas ergogénicas” aplicadas en el deporte, tengan su transferencia en el área de la fisiología clínica del ejercicio.
jueves, 14 de marzo de 2013
Reactividad cerebrovascular y potencia aeróbica
Distintos estudios publicados en los últimos años han mostrado que el ejercicio es beneficioso para mantener la función cognitiva según envejecemos. Un mayor flujo cerebral y/o una adecuada reactividad cerebrovascular podrían explicar los efectos del ejercicio sobre la función cognitiva. Recientemente, se han publicado los resultados de un estudio (Barnes y col, 2013; J Appl Physiol 7-mar) en el que los autores valoraron la respuesta vasodilatadora a la hipercapnia de la arteria cerebral media en adultos sanos, evaluando al mismo tiempo la potencia aeróbica máxima (VO2max). Participaron en el estudio jóvenes (26±6 años) y sujetos de edad avanzada (64±6 años). Los resultados mostraron que los jóvenes tuvieron una mayor reactividad cerebrovascular (velocidad media en la arteria cerebral media). No se observaron correlaciones entre la vasorreactividad cerebral y el VO2max en el grupo total de sujetos (jóvenes + mayores), pero sin embargo en el grupo de mayores de edad si se observó una correlación significativa (p<0,05). En resumen, las respuestas vasodilatadoras cerebrales a la hipercapnia se asociaron con el VO2max en adultos mayores de edad sanos. Estos resultados pueden explicar en parte la relación entre el ejercicio aeróbico y la función cognitiva en edad avanzada.
Nosotros recientemente publicamos resultados similares que relacionaban la realización de programas de actividad física aeróbica con la vasorreactividad cerebral en edad avanzada.
miércoles, 13 de marzo de 2013
Entrenamiento de fuerza en mujeres post-menopáusicas
El entrenamiento de fuerza no es muy popular entre mujeres de edad avanzada, pero sus beneficios son evidentes, superiores incluso a los derivados del entrenamiento aeróbico. Recientemente, investigadores brasileños han publicado los resultados de un estudio (Gerage y col, 2013; Int J Sports Med 4-mar) en el que investigaron los efectos del entrenamiento de fuerza (8 ejercicios, 2 series, 10-15 repeticiones, 3 sesiones/semana, 12 semanas) sobre la presión arterial y la variabilidad de la frecuencia cardiaca en mujeres post-menopáusicas (65,5±5 años). Los resultados mostraron un aumento de la fuerza (+10-12%) y un descenso de la presión arterial sistólica (-5%). El entrenamiento no modificó los valores de la presión arterial diastólica, ni los índices asociados a la variabilidad de la frecuencia cardiaca.
Las limitadas mejoras en indicadores importantes de la salud, como son la presión arterial diastólica y la variabilidad de la frecuencia cardiaca, requieren más investigaciones en este grupo de edad, con entrenamientos combinados de fuerza y resistencia aeróbica.
martes, 12 de marzo de 2013
IL-6 y utilización de sustratos en ejercicio
Sabemos que el músculo en contracción libera interleuquina 6 (IL-6), y que entre los efectos fisiológicos descritos para la IL-6 de origen muscular (mioquina IL-6) está el aumento del consumo de glucosa en el músculo esquelético en reposo. Nuestra claro sin embargo, que la IL-6 tenga efectos importantes sobre el consumo de glucosa en el músculo esquelético durante el ejercicio. Recientemente, se han publicado los resultados de un estudio (O’Neill y col, 2013; J Appl Physiol 28-feb) en el que los autores bloquearon la acción de la IL-6 en un grupo de ratones, estudiando la utilización de sustratos durante el ejercicio. La capacidad de ejercicio fue similar entre el grupo de IL-6 bloqueada y el grupo de ratones control. Todos los ratones corrieron al 70% de su velocidad máxima de carrera, no observado diferencias entre grupos en la utilización de sustratos, por lo que se sugiere que la IL-6 no parece jugar un papel relevante en la regulación de utilización de sustratos o consumo de glucosa por el músculo esquelético durante ejercicio de resistencia aeróbica de moderada intensidad.
Fatiga y maratón
Cada año crece el número de corredores aficionados que se enfrentan a los 42,195 m de la carrera de maratón. La fisiología del maratón “aficionado” difiere significativamente de la que acontece en los corredores de elite; en los primeros, la primera causa de fatiga (disminución del ritmo de carrera) se centra en los músculos locomotores implicados en la carrera. Recientemente, un grupo de investigadores españoles han publicado los resultados de un estudio (Del Coso y col, 2013; PLoS One 27-feb) en el que estudiaron causas de fatiga durante una carrera de maratón en corredores aficionados. Los resultados mostraron que el descenso del ritmo de carrera (fatiga) se relacionó significativamente con marcadores de daño muscular, reforzando la idea anteriormente expuesta del músculo como eje principal de la fatiga asociada a la carrera de maratón en atletas aficionados. Esta fatiga puede estar asociada a factores mecánicos (contracciones excéntricas) o a metabólicos, pero en cualquier caso debe estar muy presente en los entrenadores de atletas aficionados corredores de maratón, para adecuar estructuras de entrenamiento que posibiliten minimizar esa fatiga muscular durante la carrera.
domingo, 10 de marzo de 2013
Rendimiento aeróbico en atletas máster
Los atletas máster de resistencia aeróbica presentan en general un perfil fisiológico que destaca por importantes adaptaciones en órganos y sistemas, que les lleva a un rendimiento mayor incluso que sujetos de menos edad cronológica. Sin embargo, e inevitablemente, su rendimiento disminuye con el paso de los años. Conocer los factores que determinan ese descenso del rendimiento, es interesante desde un punto de vista fisiológico. Los tres pilares fundamentales en los que se basa el rendimiento aeróbico, tanto en jóvenes como en máster, son: 1) el VO2max; 2) la economía de gesto; y 3) el umbral anaeróbico. Entonces, es importante conocer el comportamiento deseos factores según avanza la edad en los atletas máster. Respecto a la economía del ejercicio, no se ve afectada de manera muy acusada, ya que la distribución de fibras musculares con el envejecimiento en atletas máster altamente entrenados, se mantiene. En relación al umbral anaeróbico (% VO2max que puede ser sostenido por tiempo prolongado), los valores no parecen cambiar significativamente, como para justificar el descenso del rendimiento observado. Por tanto, el factor fisiológico más determinante en el descenso del rendimiento en atletas máster es el descenso del VO2max con la edad, siendo el deterioro del gasto cardiaco el principal responsable de la caída del VO2max, con una significativa menor contribución de la caída en la dif (A-V) O2.
Así pues, y desde un punto de vista práctico, con el objeto de intentar frenar lo inevitable, es decir, el descenso del rendimiento con la edad en atletas máster, en los programas de estos atletas debería ponerse especial énfasis en las sesiones y tipos de entrenamiento que sabemos mejoran más el VO2max, como por ejemplo, el interval training.
jueves, 7 de marzo de 2013
Menos entrenamiento, igual adaptaciones en edad avanzada
Con frecuencia se recomienda en edad avanzada entrenamiento combinado fuerza y resistencia aeróbica, y con frecuencia también la estructura de estos programas se basan en posicionamientos generales que pueden y deben ser cuestionados. Uno de estos posicionamientos hace referencia a la frecuencia de entrenamiento en esta edad. Recientemente, se han publicado los resultados de un estudio (Hunter y col, 2013; Med Sci Sports Exerc 30-ene) en el que los autores valoraron los efectos fisiológicos de tres protocolos semanales (16 semanas) de entrenamiento combinado de fuerza y resistencia aeróbica en personas de entre 60 y 74 años: 1 día de aeróbico+1 día de fuerza (1+1); 2 días de aeróbico +2 días de fuerza (2+2); 3 días de aeróbico+3 días de fuerza (3+3). El ejercicio aeróbico consistió en 40 min al 80% FCmax, y el de fuerza, 2 series de 10 repeticiones al 80% 1RM, en 10 grupos musculares diferentes. Los resultados mostraron que todos los grupos aumentaron la masa libre de grasa, la fuerza muscular y la resistencia aeróbica, sin diferencias significativas entre grupos.
Este y otros estudios, cuestionan los posicionamientos oficiales sobre como estructurar los programas de entrenamiento en personas mayores de edad. Bajo mi punto de vista estos resultados son muy interesantes, si tenemos en cuenta que con el avance de la edad el ser humano, como todos los animales, tiende de forma fisiológica a disminuir su actividad física.
miércoles, 6 de marzo de 2013
¿Existe realmente la "ventana anabólica" post-entrenamiento?
Varias investigaciones han estudiado si existe realmente una “ventana anabólica” en el periodo post-ejercicio con respecto a la síntesis de proteínas, pero a pesar de las recomendaciones muy generalizadas, la evidencia para esta práctica no está clara. Así, algunas investigaciones han observado, efectos similares entre la ingesta de aminoácidos 1 h ó 3 h post ejercicio, mayores efectos sobre la síntesis de proteínas musculares al ingerir antes del ejercicio una solución de hidratos de carbono (HdC)+aminoácidos, respecto a inmediatamente después, o de proteínas whey (20 g) antes o después del ejercicio. Además, la hipótesis de la “ventana anabólica” está formulada sobre la suposición de que el entrenamiento se realiza en estado de ayunas. Así, en caso de realizar entrenamiento de fuerza después de una noche de ayunas, si tendría sentido proveer de una inmediata intervención nutricional –idealmente proteínas + HdC- para proveer la síntesis de proteínas musculares y reducir la proteólisis, y por tanto cambiando de un estado catabólico a uno anabólico.
Pero en la práctica, lo normal es que antes del entrenamiento se consuman nutrientes (1-2 h antes) en un intento de favorecer el rendimiento en el propio entrenamiento. En este sentido, Tipton y col demostraron que una pequeña dosis de aminoácidos esenciales (6 g) ingerida justo antes del entrenamiento, fue capaz de elevar los niveles hasta 2 horas después de finalizado el mismo. En este escenario, pautar la ingesta de proteínas justo después del entrenamiento con el fin de mitigar el catabolismo muscular parece redundante. Otros estudios han observado que los efectos anabólicos de una comida se extienden hasta las 4-6 h post-ingesta. Desde un punto de vista práctico, si el entrenamiento se inicia más de 3-4 h después de la ingesta de una comida, la clásica recomendación de consumir proteínas (25-30 g) tan pronto como sea posible una vez finalizado el entrenamiento, tiene sentido con el fin de revertir el estado catabólico, lo que favorecerá la recuperación y el crecimiento muscular.
Desde un punto de vista práctico, una dosis de proteínas de alta calidad (0,4-0,5 g/kg 30 g) antes o después del ejercicio puede ser válida como norma general; la ingesta adicional de HdC no parece aportar grandes ventajas, si la cantidad de proteínas es suficiente (Aragon y Schoendeld, 2013; J Int Soc Sports Nutr 29-ene).
Entrenamiento bajo oclusión vascular y daño muscular
El entrenamiento de fuerza bajo restricción vascular del flujo sanguíneo estimula la hipertrofia debido a una mayor activación muscular, pero no hay muchos datos de posible daño muscular asociado. Recientemente, se han publicado los resultados de un estudio (Wilson y col, 2013; J Strength Cond Res 26-feb) en el que lo autores valoraron marcadores de daño muscular asociado al entrenamiento de fuerza bajo oclusión vascular. Los sujetos del estudio realizaron entrenamiento de fuerza con piernas (press, 30% 1RM) con oclusión vascular venosa, no arterial. Los resultados no mostraron alteraciones en los índices de daño muscular después de la sesión de entrenamiento.
En mi opinión aún son necesarias nuevas investigaciones que valoren a medio y largo plazo las adaptaciones musculares al entrenamiento de fuerza bajo oclusión vascular; los datos por ahora con interesantes, pero queda mucho por investigar sobre este emergente medio de entrenamiento. Hay que tener en cuenta que la oclusión vascular va a propiciar una mayor estimulación de metabolorreceptores, y con ello estimulación simpático-adrenal, con lo que probablemente el aumento de presión arterial sea mayor durante este tipo de entrenamiento, algo que habría que tener en cuenta en pacientes hipertensos, cardiacos o sanos con presiones arteriales en el límite alto de la normalidad.
lunes, 4 de marzo de 2013
Recuperación de glucógeno post-ejercicio¿es tan urgente?
Uno de los principales objetivos nutricionales una vez finalizado el ejercicio es efectuar lo antes posible la recuperación de los depósitos de glucógeno, algo fundamental para el óptimo entrenamiento de fuerza, ya que el 80% de la producción de ATP durante ese tipo de entrenamiento deriva de la glucólisis.
Distintos estudios han mostrado una supercompensación de glucógeno cuando los hidratos de carbono se consumen inmediatamente después del ejercicio, de manera que retrasando unas 2 h la ingesta de HdC se atenúa la tasa de resíntesis de glucógeno hasta un 50%. Factores como el consumo de glucosa estimulado por la insulina después de una sesión de ejercicio, potenciado por la activación del GLUT4 durante la depleción de glucógeno, facilita la entrada de glucosa al interior celular. Además, el ejercicio incrementa la actividad de la glucógeno-sintasa –la principal enzima implicada en las reservas de glucógeno.
A pesar de unas bases teóricas firmes, el significado práctico de recuperar las reservas de glucógeno inmediatamente después del ejercicio es en muchos casos dudoso. Será muy importante en algunos deportes de resistencia aeróbica donde el intervalo entre actividades es menor de 8 h, o en aquellos casos en los que se realicen 2 sesiones diarias de entrenamiento que impliquen los mismos grupos musculares. Para el resto de actividades la urgencia en recuperar los niveles de glucógeno no es tan importante. Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que una sesión de ejercicio de fuerza (6-9 series por grupo muscular) solo reduce las reservas de glucógeno muscular en un 36-39%, y si tenemos en cuenta que en la mayoría de los casos las sesiones de entrenamiento están separadas por al menos 24 h, este es un periodo de tiempo suficiente para volver a recuperar las reservas de glucógeno, sin tener que aplicar protocolos específicos de inmediatez post-esfuerzo.
domingo, 3 de marzo de 2013
Efectos de correr varios maratones seguidos
Las carreras de maratón se han popularizado en todo el mundo, pero los atletas populares buscan nuevos retos, y con ello el aumento de las distancias (ultramaratón) o de la frecuencia de realización (carreras por etapas). Los efectos sobre la salud de las carreras de maratón han sido estudiados desde varias perspectivas, casi siempre a corto plazo, pero no hay muchos datos de las repercusiones sobre la salud de pruebas de larga distancia desarrolladas en etapas. Recientemente, se han publicado los resultados de un estudio (Karstoft y col,2013; J Strength Con Res 25-feb) en el que los autores estudiaron a 8 corredores experimentados que corrieron 7 maratones de forma continuada (1 por día). Se valoraron diferentes parámetros bioquímicos de la sangre y la composición corporal antes y 20-24 h después de la carrera. El tiempo final acumulado para las 7 maratones tuvo un rango entre 23:25:42 y 34:25:21 (h:m:s). Los resultados mostraron solo menores cambios en los marcadores de daño muscular esquelético, marcadores de daño hepático o marcadores inflamatorios. No se observaron otros cambios significativos. Se produjo un descenso de la resistencia a la insulina, y una mejora en el perfil lipídico al finalizar la carrera. También se observó un descenso de la grasa corporal y un aumento de la masa libre de grasa, sin cambios en el peso total. En resumen, siete maratones continuados no provocaron efectos negativos importantes sobre los marcadores de salud analizados, excepto algunos marcadores de “daño cardiaco” comunes como respuesta en pruebas de resistencia aeróbica y que habitualmente se encuadran en respuestas fisiológicas sin trascendencia clínica.
Falta por conocer datos fiables de los efectos de este tipo de actividades sobre la salud de los individuos a largo plazo; esos análisis son muy complicados de realizar en el ámbito del deporte aficionado, pero en mi opinión no hemos de descartar efectos negativos sobre la salud (osteoarticular, especialmente, pero quizás también renales o cardiacos) que a día de hoy no están definitivamente contrastados.
jueves, 28 de febrero de 2013
Cáncer y vuelta al trabajo
Es de interés conocer la dinámica de la vuelta al trabajo de pacientes en edad de trabajar diagnosticados de cáncer, tratados con quimioterapia y que participaron en programa de ejercicio físico supervisado. Recientemente, se han publicado los resultados de una investigación (Groeneveld y col, 2013; J Cancer Surviv 27-feb) que mostró la experiencia de ocho pacientes en su vuelta al trabajo. La mayoría refirieron déficit cognitivos que afectaron a su rendimiento en el trabajo. Más de la mitad manifestaron que el apoyo recibido en el regreso al mundo laboral por sus médicos del trabajo fue insuficiente. La gran mayoría valoraron muy positivamente el programa de ejercicio desarrollado, percibiendo mejoras de la condición física y “energía renovada”, que les ayudó decisivamente en el retorno al trabajo. Algunos incluso manifestaron que el programa de ejercicio les ayudó a rendir más en su trabajo una vez incorporados.
Esta y otras investigaciones ponen claramente de manifiesto la influencia muy positiva de los programas de ejercicio en pacientes supervivientes de cáncer en el retorno al trabajo, acortando además el tiempo de baja laboral. En base a estas evidencias, algunas preguntas que se me vienen a la cabeza cuando intento visualizar la realidad sobre este asunto: ¿dónde están esos programas supervisados de ejercicio? ¿quedan solo en un plano teórico? ¿cuántos centros sanitarios y/o oncólogos los contemplan en su planteamiento de base? ¿Qué profesionales se encargan de desarrollarlos? ¿existen instalaciones adecuadas para llevar a cabo estos programas en los centros sanitarios? ¿son frecuentes los acuerdos entre centros sanitarios y centros de fitness para desarrollar estos programas?.
miércoles, 27 de febrero de 2013
Enfriamiento post ejercicio y rendimiento
Distintos métodos de enfriamiento han sido estudiados con el fin de mejorar la recuperación después de entrenamientos intensos o competición. Muchas de las investigaciones están realizadas con sujetos desentrenados, lo que hace que la transferencia de los posibles efectos a los atletas sea cuestionable. Recientemente, se han publicado los resultados de un meta-análisis (Poppendieck y col, 2013; Int J Sports Physiol Perform 20-feb) en el que se analizaron 21 estudios realizados con atletas. Los resultados mostraron que independientemente del ejercicio usado para inducir fatiga, los efectos después de actividades de resistencia aeróbica fueron mayores que los asociados a actividades de fuerza. La inmersión en agua fría y las cámaras criogénicas fueron más beneficiosas que la aplicación local de frío. La inmersión completa en agua fría fue más eficaz que la inmersión parcial de brazos o piernas. Los resultados sugieren que los efectos medios del enfriamiento sobre la recuperación en atletas fue pequeña (2,4%); sin embargo, apropiadamente aplicado el enfriamiento post-ejercicio muestra suficientes efectos positivos como para ser considerado relevante en atletas.
martes, 26 de febrero de 2013
“Suplementos de grasa” y rendimiento
Los aceites de pescado y el ácido linoleico conjugado (CLA) se enmarcan en lo que se ha denominado “suplementos de grasa”, y su ingesta está justificada por sus efectos en la reducción de la glucogenolisis y la masa corporal, y reducción del daño muscular y respuestas inflamatorias. Los atletas consumen “suplementos de grasa” con el fin de aumentar la masa corporal libre de grasa y reducir la grasa corporal. Recientemente, se ha publicado una interesante revisión (Macaluso y col, 2013; Nutrients 5: 509-24) en la que los autores señalan otros efectos secundarios de la ingesta de suplementos de grasa; así se sugiere un aumento de la esteroidogénesis. Así, algunas investigaciones han observado un aumento fisiológico de la síntesis de testosterona, de manera que se hipotetiza que estos suplementos de grasa pueden amplificar los efectos anabólicos del ejercicio.
En unos días os daré información más detallada de este interesante tema
lunes, 25 de febrero de 2013
L-arginina y rendimiento
La L-arginina es un precursor del óxido nítrico (NO), pero la eficacia real de su suplementación sobre la producción de NO y sus respuestas fisiológicas es controvertida. Recientemente, se han publicado los resultados de un estudio (Vanhatalo y col, 2013; Eur J Appl Physiol 20-feb) en el que los investigadores valoraron los efectos de la suplementación con L-arginina (6 g) sobre los biomarcadores de NO, costo de O2 y tolerancia al ejercicio. Se realizaron sesiones de ejercicio con y sin suplementación previa al esfuerzo de L-arginina (en dos condiciones: aislada y junto a hidratos de carbono). Los resultados no mostraron efectos significativos de la suplementación con L-arginina sobre producción de NO, costo de O2 de la actividad o tolerancia al ejercicio.
La mayoría de los productos del mercado que contienen L-arginina manejan dosis de 1,6-2 g, lo que quizás nos deba hacer reflexionar sobre la verdadera eficacia de estas supuestas ayudas ergogénicas
domingo, 24 de febrero de 2013
Rendimiento y suplementación crónica con bicarbonato
Distintos estudios han demostrado la eficacia de los alcalinizantes como ayuda ergogénica en sujetos y deportes determinados suministrados antes de la competición. Por otra parte, algunas investigaciones han valorado también la eficacia de la suplementación crónica con bicarbonato asociada a entrenamiento interválico de alta intensidad (HIT) en deportistas moderadamente entrenados. Recientemente, se han publicado los resultados de un estudio (Driller y col, 2013; Int J Sport Nutr Exerc Metab 23: 40-7) en el que los autores determinaron los efectos de la suplementación con bicarbonato (0,3 g/kg administrados 90 min antes de cada sesión de HIT) durante 4 semanas (2 sesiones HIT/semana) en remeros entrenados. Los resultados mostraron que la ingesta crónica de bicarbonato no produjo mejoras adicionales en el rendimiento (2000 m) en estos atletas.
Los alcalinizantes se utilizan con frecuencia como ayuda ergogénica, pero lo cierto es que su efecto real se relaciona inversamente con el estado de entrenamiento de los sujetos en los que se aplica.
jueves, 21 de febrero de 2013
Entrenamiento interválico de alta intensidad y remodelado ventricular post-infarto
El infarto agudo de miocardio provoca en mayor o menor grado una zona de tejido necrosado (cicatriz) no funcionante en su contractilidad, y que en muchas ocasiones se asocia a insuficiencia cardiaca. Numerosos estudios han demostrado que el ejercicio interválico de alta intensidad mejora la función cardiaca tanto en sujetos sanos como en pacientes. Sin embargo, hasta la fecha no hay evidencia de los posibles efectos sobre la cicatriz cardiaca post-infarto. Recientemente se han publicado los resultados de un caso clínico (Godfrey y col, 2013; BMJ Case Rep 13-feb) de un paciente de 50 años que sufrió un infarto debido a una coagulopatía y que dejó una cicatriz del 16% de la masa ventricular. El paciente realizó un programa de rehabilitación basado en el ejercicio interválico de alta intensidad, evidenciando a las 60 semanas de programa una reducción significativa de la zona de tejido necrosado (cicatriz). Este es el primer estudio que se muestra una significativa remodelación del ventrículo izquierdo con una reducción de la cicatriz post-infarto después de un programa de ejercicio.
Este y otros estudios sugieren que el entrenamiento interválico de alta intensidad, tanto por su eficacia, como por su bajo riesgo, debería contemplarse como primera elección en la prevención y tratamiento de muchas patologías.
miércoles, 20 de febrero de 2013
Vitamina D3 y rendimiento
El déficit subclínico de vitamina D es relativamente frecuente entre deportistas y puede afectar al rendimiento muscular, por lo que la recomendación de suplementación es bastante frecuente. Recientemente, se han publicado los resultados de un estudio (Close y col, 2013; Br J Sports Med -14 feb) en el que los investigadores valoraron los efectos de una suplementación con vitamina D3 (20000 ó 40000 UI/semana) durante 12 semanas, sobre el rendimiento. Los tests realizados para valorar el mismo fueron: 1RM press de banca y press de piernas, salto vertical. Los resultados mostraron que el 57% de los sujetos que participaron en el estudio tenían déficit de vitamina D antes de comenzar la investigación, y que todos alcanzaron niveles normales (>50 nmol/l) al finalizar la misma. A pesar de ello, no se constataron mejoras en los tests de rendimiento realizados después de las 12 semanas de suplementación.
Los resultados sugieren que la suplementación con vitamina D no mejora el rendimiento muscular (al menos de los tests realizados en este estudio).
Dopaje con testosterona en resistencia aeróbica
El dopaje con testosterona en deportes de resistencia aeróbica no es muy frecuente, pero cuando existe un positivo los deportistas intentan como defensa justificar la incongruencia de doparse con hormonas que facilitan el desarrollo muscular. Pero evidentemente, además de estos efectos existen otros que si pueden justificar (desde un punto de vista fisiológico) el dopaje con testosterona. Desde su aplicación en el ámbito clínico desde hace años, sabemos que la administración de testosterona aumenta los niveles de hemoglobina, de hecho la eritrocitosis es el efecto secundario más frecuente cuando se utiliza esta terapia en el hipogonadismo en varones. Así, la administración de testosterona se asocia con aumentos de hematocrito, reticulocitos y hierro sérico, habiéndose demostrado un aumento de la incorporación del hierro a los hematíes, lo que evidentemente es una ventaja desde el punto de vista de la resistencia aeróbica. La justificación fisiológica de estas acciones, es que la testosterona regula a la baja la expresión mRNA de la hepcidina hepática y aumenta los niveles de eritropoyetina en sangre.
lunes, 18 de febrero de 2013
Cáncer y debilidad muscular
Muchos pacientes con cáncer manifiestan debilidad muscular, no estando clarificadas las causas que provocan esas alteraciones que afectan a la calidad de vida de estos pacientes. Recientemente, se han publicado los resultados de una investigación (Toth y col, 2013; J Appl Physiol 14-feb) en la que los autores evaluaron la ultraestructura del músculo esquelético, y la función contráctil a niveles molecular y celular, en 11 pacientes con cáncer. Los pacientes manifestaron una reducción del 25% de la fuerza de extensión de rodilla, que se correlacionó con un descenso de rendimiento en un test de resistencia caminando. A nivel celular, se constató un descenso de la tensión isométrica de las fibras tipo IIa, justificado por una reducción en el número de puentes cruzados actina-miosina. En las fibras tipo I, se observó una reducción de la cinética de interacción entre la actina y la miosina. Los pacientes también evidenciaron un descenso de la densidad mitocondrial. No hubo diferencias respecto a un grupo control en el contenido de miofibrillas o ultraestructura del sarcómero.
Los resultados sugieren que la reducción en la función de las proteínas miofibrilares se esgrime como mecanismo molecular potencial que contribuye a la debilidad muscular en pacientes diagnosticados de cáncer.
domingo, 17 de febrero de 2013
Ácidos grasos omega 3 y rendimiento
El aumento del estrés oxidativo y las respuestas inflamatorias son comunes en deportistas. Además, la exigencia de los entrenamientos que conlleva la actividad deportiva se asocian con fatiga, dolor muscular tardío y descenso del rendimiento. Los ácidos grasos omega 3 (PUFAs) han mostrado efectos sobre el descenso de la producción de eicosanoides inflamatorios, citoquinas y radicales libres; además se ha observado efectos inmunomoduladores y atenúan las respuestas inflamatorias. Pocos estudios han valorado la influencia de los PUFA sobre el rendimiento. Recientemente, se ha publicado un interesante artículo (Mickleborough, 2013; Int J Sport Nutr Exerc Metab 23: 83-96) en el que el autor revisa los posibles beneficios de la suplementación con omega 3 en relación al rendimiento deportivo. El autor señala que los datos en humanos no son consistentes, y que se necesitan más investigaciones que precisen el establecimiento de las dosis más adecuadas, y la relación riesgo-beneficio de la suplementación
La recomendación vigente hoy, y la que nosotros utilizamos, es la suplementación de 1-2 g/día con una relación de EPA:DHA (ácido eicosapentanoico: ácido docosahexaenoico) de 2:1. Esta dosis parece beneficiosa para contrarrestar la inflamación asociada al ejercicio, y mejorar la salud del atleta en general.
jueves, 14 de febrero de 2013
¿Qué deporte es el más completo?
La pregunta no es muy original, ya lo sé, pero me gustaría saber vuestra opinión desde una perspectiva lo más objetiva posible. Personalmente considero que el deporte más completo debería sobresalir en dos aspectos: 1) cualidades fisiológicas, lo que se ha venido a llamar componentes del fitness (fuerza, capacidad aeróbica y anaeróbica, equilibrio, flexibilidad, respuesta neuromotora –tiempo de reacción-, composición corporal, etc.), y 2) mejora del estado de salud. Así, como de lo que se trata en este postes de animaros a participar, yo me inclino por el boxeo, con la salvedad de considerar en este deporte solo el entrenamiento en sí, es decir, excluyendo la competición. En el caso de tener que considerar la propia competición como parta inseparable del deporte del boxeo, entonces me decantaría probablemente por el balonmano.
espero vuestras respuestas!.......
El concepto de “simpaticolisis funcional” en entredicho
Desde que comencé a estudiar e impartir clases de fisiología del ejercicio, cuando llegaba el tema de regulación de la circulación periférica en el ejercicio, exponía tres bloques de factores determinantes del flujo de sangre a los tejidos activos: 1) factores locales; 2) factores neurales; y 3) factores humorales. En el apartado de “factores neurales” me recreaba en el modelo denominado como “simpaticolisis funcional”, que en síntesis viene a decir que al iniciar el ejercicio el aumento de estimulación simpáticoadrenal asociado a la acción motora, provoca vasoconstricción en territorios no activos, pero que en músculo esquelético se asocia a vasodilatación, gracias a una refractariedad de la acción simpática sobre las arteriolas y esfínteres precapilares, reforzada por la presencia de fibras simpáticas colinérgicas. Lo cierto es que este modelo cerraba muy bien el círculo y la explicación quedaba redonda. Es verdad que nunca me convenció del todo (seguramente por ignorancia), y me sigue sin convencer, pero el modelo era y es tan cómodo que no me cuestioné con determinación su validez. Modelos más recientes (Pancheva ycol, 2013; J Appl Physiol 114: 428) cuestionan con firmeza el concepto de la “simpaticolisis funcional”, situando a la regulación arteriolar en un segundo plano y además bajo el control del óxido nítrico, y otorgando más protagonismo a las bombas capilares activadas directamente por los músculos en contracción. Seguiremos estudiando sobre este tema, pero en mi siguiente clase de regulación de la circulación periférica en el ejercicio ya no podré ser tan convincente con el modelo de la simpaticolisis funcional.
martes, 12 de febrero de 2013
Gasto energético en el golf
El golf es uno de los deportes más practicados en el mundo, y con frecuencia se le etiqueta como una actividad demasiado “ligera” en relación a la intensidad de ejercicio desarrollado, y por tanto vinculado a escasas adaptaciones fisiológicas. Recientemente, se han publicado los resultados de un estudio (Zunzer y col, 2013; J Sports Sci 30-ene) en el que los autores valoraron la intensidad media y el gasto energético de un partido de golf (18 hoyos) realizado por hombres y mujeres de handicap variado y de desarrollado en campos “llanos” y con “colinas”. Los resultados mostraron un gasto energético medio de 926 kcal para los hombres y 556 Kcal para las mujeres, con un nivel bajo de intensidad.
Habría que valorar el impacto sobre los marcadores de salud de esta actividad de alto volumen y baja intensidad.
Correr bajo la lluvia y el frío
Los factores ambientales influyen en el rendimiento, especialmente durante el ejercicio de duración prolongada. Recientemente, se han publicado los resultados de un estudio (Ito y col, 2013; Int J Sports Med 31-ene) en el que se determinó el gasto energético durante la carrera en ambiente frío y húmedo (simulando lluvia en una cámara). Siete sujetos corrieron en un tapiz rodante al 70% VO2max durante 30 min a una temperatura ambiente de 5ºC en presencia (RAIN) o ausencia (CON) de 40 mm/h de precipitación. Los resultados mostraron que tanto la temperatura esofágica como la de la piel fueron menores (p<0,05) en RAIN vs CON. La ventilación pulmonar, el VO2, y los niveles de lactato y noradrenalina en plasma fueron significativamente mayores (p<0.05) en RAIN vs CON.
Parece que correr con lluvia a baja temperatura aumenta la demanda energética, como lo reflejan los mayores valores de VO2 y lactato.
domingo, 10 de febrero de 2013
Ejercicio intermitente de alta intensidad y triglicéridos postprandiales
El ejercicio atenúa la elevación postprandial de triglicéridos plasmáticos (PPTG); sin embargo, no se conoce bien la posible influencia de la intensidad del ejercicio realizado. Recientemente, se han publicado los resultados de un estudio (Trombold y col, 2013; J Appl Physiol 31-ene) en el que los autores examinaron los efectos de la intensidad del ejercicio sobre PPTG y oxidación de grasas postprandiales. Seis jóvenes varones realizaron uno de los tres tratamientos experimentales: no ejercicio (CON), moderada intensidad (MIE; 50% VO2max 60 min), ó ejercicio isoenergético de alta intensidad (HIE; alternando 2 min al 25% y 2 min al 90% VO2max). La mañana después del ejercicio, se ingirió una comida estándar (16 kcal/kg; 1,02 g grasa/kg, 1,36 g CHO/kg, 0,31 g proteínas/kg), midiendo concentraciones plasmáticas de triglicéridos (TG), glucosa, insulina y beta-hidroxibutirato en ayunas, y cada hora en las 6 h postprandiales. Se utilizó calorimetría indirecta para determinar la oxidación de las grasas en condiciones de ayuno, y 2, 4 y 6 h postprandiales. Los resultados mostraron que en comparación con CON, tanto MIE como HIE atenuaron PPTG, con valores en HIE significativamente menores que en MIE. La oxidación de grasas postprandial fue más elevada en MIE y HIE en comparación a CON, y mayor en HIE que en MIE. En conclusión, a pesar de un gasto energético similar, HIE fue más eficaz que MIE para disminuir PPTG e incrementar la oxidación de las grasas.
Interesante estudio que aporta más evidencias a las ventajas del entrenamiento interválico de alta intensidad en el ámbito de la salud, en este caso en las hipertrigliceridemias o programas de pérdidas de peso.
jueves, 7 de febrero de 2013
Variación circadiana en el riesgo cardiovascular
La realización de ejercicio de alta intensidad conlleva variaciones en las distintas vías de los sistemas de coagulación, así, el ejercicio realizado más allá del máximo estado estable de lactato (MLSS) se asocia a una activación de la vía intrínseca de la coagulación, como demostramos hace años (Chicharro JL y col, 1994; Thrombosis Research 75: 251-7) al verificar un descenso del tiempo parcial de tromboplastina activada después de 30 min a intensidad superior a MLSS. Hay que considerar que existe una variación circadiana de la actividad fibrinolítica, de forma que los niveles más bajos de actividad se encuentran en las primeras horas del día, mientras que por la noche se encuentran los niveles más elevados. También se sabe que la reactividad de la presión arterial en relación al ejercicio es mayor pos la mañana, y este hecho se ha relacionado con un mayor estrés intravascular después del ejercicio por las mañanas (Jones y col, 2009; Med Sci Sports Exerc 41: 1189-93), y potencialmente con una mayor resistencia ofrecida al paso de la sangre.
Estos datos deberían ser tenidos en cuenta en los programas de rehabilitación cardiaca, y en todos los pacientes son mayor susceptibilidad de padecer trombosis, de manera que el ejercicio realizado por la mañana puede potencialmente tener más riesgo que el realizado por la tarde/noche.
miércoles, 6 de febrero de 2013
Ver televisión y calidad del semen
La calidad del semen ha ido descendiendo en las últimas décadas en los hombres de los países más desarrollados, pero las razones no están claras. Los hábitos sedentarios cada vez más extendidos pueden tener una importante influencia. Recientemente, se han publicado los resultados de un estudio (Gaskins y col, 2013; Br J Sports Med 4-feb) en el que los autores evaluaron la relación entre la actividad física desarrollada y las horas dedicadas a ver televisión (TV) sobre parámetros relacionados con la calidad del semen, en sujetos jóvenes (18-22 años). Los resultados mostraron que la concentración y número de espermatozoides se relacionaron directamente con la actividad física desarrollada, de manera que los sujetos más activos mostraron concentraciones de espermatozoides hasta un 73% superior, frente a los sujetos menos activos. Observaron también una relación inversa con las horas dedicadas a ver TV (TV, DVD, video, etc.), de manera que los sujetos que veían TV mostraron concentraciones de espermatozoides hasta un 44% inferior, frente a los sujetos que menos veían TV. Ni la actividad física, ni las horas viendo TV, tuvieron influencia en la movilidad o morfología de los espermatozoides.
martes, 5 de febrero de 2013
Comida rica en grasa y ejercicio intermitente
La ingesta de comidas ricas en grasas se ha investigado en actividades de resistencia aeróbica de duración prolongada en las que existe un claro predominio del metabolismo de los ácidos grasos, pero en mi conocimiento no hay muchos estudios que hayan realizado investigaciones en relación al ejercicio intermitente de elevada intensidad. Recientemente, se han publicado los resultados de un estudio (Hulton y col, 2013; Int J Sports Med 34: 165-169) en el que los autores investigaron el efecto de una comida rica en grasa vs otra rica en hidratos de carbono, sobre el rendimiento de un ejercicio intermitente. Participaron jugadores de fútbol recreacionales, que realizaron un protocolo específico de fútbol (intermitente) seguido de un test de carrera de 1 km. Este protocolo se realizó 3 h y media después de ingerir una comida rica en grasas (G) o rica en hidratos de carbono (HC). Los resultados mostraron que durante el ejercicio la oxidación de las grasas fue mayor después de G, y la de hidratos de carbono después de HC. Lo sorprendente del estudio es que no hubo diferencias en el rendimiento en el test de carrera de 1km (tiempo medio aprox. 3’30’’) realizado a continuación del protocolo intermitente. Los hallazgos indican que el tipo de comida ingerida antes del ejercicio simulado de fútbol tuvo impacto sobre el metabolismo, pero no sobre el rendimiento.
Aún sin conocer detalles del protocolo (duración e intensidad del ejercicio intermitente, por ejemplo) estos resultados me llaman la atención ya que se proyectan sobre uno de los pilares de la nutrición deportiva, esto es, la dependencia de la glucólisis en el entrenamiento interválico. Tendré que seguir recibiendo información antes de pensar en modificar el planteamiento “entrenamiento interválico – hidratos de carbono”.
lunes, 4 de febrero de 2013
Respuesta inflamatoria durante ejercicio aeróbico en sobrepeso
En mi opinión, los tres pilares básicos en los que debe sustentarse un programa de pérdida de peso son, por orden de importancia: apoyo psicológico, alimentación y ejercicio. En relación al ejercicio, diferentes argumentos fisiológicos y psicológicos, sitúan al entrenamiento de fuerza como el más recomendable, frente al aeróbico. En relación a este tema, recientemente, se han publicado los resultados de un estudio (Chistiansen y col, 2013; Eur J Appl Physiol 30-ene) en el que los investigadores si las personas con sobrepeso u obesas muestran diferencias en los niveles circulatorios de marcadores inflamatorios en comparación son sujetos con normopeso durante el ejercicio aeróbico. Los sujetos del estudio completaron 120 min de ejercicio en cicloergómetro al 55-60% FCmax. Los resultados mostraron que la IL-8 y el TNF-α solo aumentaron (post-ejercicio) en el grupo de sobrepeso/obesos, y que el incremento de la IL-6 fue mayor en el grupo de sobrepeso/obesos.
Los hallazgos sugieren que la respuesta inflamatoria sistémica al ejercicio es diferente entre sujetos en normopeso respecto a los sujetos con sobrepeso y obesos, con mayor aumento en los marcadores inflamatorios (IL-6, IL-8, TNF-α) en sujetos con sobrepeso y obesos. Quizás estos hallazgos representen un argumento más para priorizar el entrenamiento de fuerza vs aeróbico en estos grupos de población. En cualquier caso, estos hallazgos no hacen sino abrir un interesante debate sobre este tema.
domingo, 3 de febrero de 2013
Longitud de telómeros y actividad física
Los telómeros son los extremos de los cromosomas, cuya función principal parece ser estabilizar estructuralmente al cromosoma. Su longitud se ha relacionado con el tiempo de vida de las células. Estudios previos han observado que el ejercicio físico afecta a la regulación del telómero, sugiriendo que podría afectar a su longitud. Varios estudios en seres humanos han tratado de relacionar la actividad física realizada con la longitud de los telómeros, pero los resultados han sido confusos. Recientemente, se han publicado los resultados de un interesante estudio (Mathur y col, 2013; J Invest Med 28-ene) en el que los investigadores exploraron la asociación entre la longitud del telómero y el nivel de fitness cardiorrespiratorio medido objetivamente mediante el VO2max, en sujetos corredores de maratón y sujetos sedentarios. Los resultados mostraron que los atletas y sedentarios no se diferenciaron en la longitud de sus telómeros. El análisis de regresión lineal mostró que la única variable relacionada significativamente con la longitud del telómero fue la edad. No se observaron correlaciones entre VO2max y longitud del telómero.
Los resultados de este estudio sugieren que ni la actividad física realizada, ni el fitness cardiorrespiratorio (VO2max) parecen estar relacionados con la longitud de los telómeros. Con seguridad conoceremos en los próximos meses resultados de investigaciones similares. Apasionante línea de trabajo.
viernes, 1 de febrero de 2013
Productividad laboral y actividad física
Podemos afirmar que España está en el grupo de cabeza mundial en rendimiento deportivo, lo que sin duda se utiliza en más de una ocasión para reforzar nuestra imagen de país en general. Sin embargo, existe un enorme contraste entre el protagonismo del deporte en el entramado social y la casi ausencia de reconocimiento de valores de la práctica del ejercicio físico en el ámbito empresarial. Numerosísimas investigaciones han demostrado desde todos los ámbitos, la relación entre la práctica de ejercicio físico con la productividad, el descenso de bajas laborales y la modificación de factores de riesgo para la salud. A pesar de todas las evidencias son escasas las empresas que apuestan abiertamente por la realización de ejercicio físico de sus empleados, facilitando o subvencionando el acceso a instalaciones deportivas, o incluso habilitando espacios en sus propias instalaciones. Es curioso como empresas multinacionales implantadas en España, tienen en sus países de origen y en otros muchos, programas de actividad física para sus empleados muy bien desarrollados, mientras que en España es anecdótica su presencia. Algo similar ocurre con las compañías de seguros sanitarios, con la reducción del importe de las pólizas en función de la actividad física desarrollada. En cualquier caso, soy optimista, y estoy seguro que aunque con retraso, veremos en el futuro inmediato empresas que animen, faciliten o subvencionen programas de actividad física para sus empleados, o compañías de seguros con pólizas reducidas para aquellos trabajadores que acudan a un gimnasio tres días por semana a practicar ciclismo indoor, por ejemplo.
jueves, 31 de enero de 2013
Suplementación con proteínas en edad avanzada
La pérdida de masa muscular asociada al envejecimiento es un problema de salud en esta población, afectando no solo a la función muscular mecánica (fuerza, movilidad, etc.), sino también a la función muscular endocrina. Se ha postulado que la ingesta de proteínas puede contribuir a minimizar la pérdida de tejido muscular ligada a la edad. Recientemente, se han publicado los resultados de un estudio (Hamer y col, 2013; Nutrition & Metabolism 10:15) en que los autores hipotetizaron que la mayor liberación endógena de insulina después de una co-ingesta de hidratos de carbono facilitaría la incorporación de aminoácidos al músculo después de ingerir un suplemento de proteínas (20 g). Los resultados mostraron que la co-ingesta de hidratos de carbono no aumentó la incorporación de aminoácidos derivados de la dieta a las proteínas musculares de hombres de edad avanzada. Esto implica que no se requiere la co-ingesta de hidratos de carbono para optimizar a incorporación post-prandial de proteínas al músculo en esta población. Este hallazgo es de relevancia clínica para el desarrollo de pautas alimenticias en edad avanzada.
En mi opinión, el planteamiento de esta investigación no refleja la realidad en el cuidado que se ofrece a las personas de edad avanzada en este tema. Así, ¿cuántos ancianos reciben específicamente suplementación con proteínas? ¿en cuántos se trata de optimizar la asimilación de esas proteínas realizando una co-ingesta de hidratos de carbono, como muestra esta investigación?. Lo que pretendo expresar, es que tenemos un amplio conocimiento de suplementación y ayudas ergogénicas que utilizamos frecuente y minuciosamente en jóvenes, pero que ignoramos en muchas ocasiones sus potenciales beneficios en personas de edad avanzada.
miércoles, 30 de enero de 2013
Entrenamiento bajo oclusión vascular
El principio del reclutamiento progresivo indica que a medida que aumenta la intensidad de un ejercicio el reclutamiento de unidades motoras, y por consiguiente de fibras musculares, es mayor. Esto significa que las fibras tipo I participan en la contracción mayoritariamente a bajas y moderadas intensidades de ejercicio, y que estas más las fibras más rápidas (tipo II) lo hacen a altas intensidades. Se ha observado que en condiciones de isquemia las fibras tipo II son reclutadas a baja intensidad de ejercicio, lo que llevó hace algunos años a plantear entrenamientos bajo oclusión vascular moderada (isquemia) con el fin de hacer partícipes de la contracción a las fibras tipo II realizando bajas intensidades de ejercicio. Así, se ha demostrado que se puede inducir hipertrofia muscular con cargas de un 20% 1RM, durante oclusión vascular moderada. Desde un punto de vista de su aplicación práctica, la presión ejercida para limitar el flujo sanguíneo solo ha de ser lo suficientemente elevada para bloquear el retorno venoso (50-90 mmHg), pudiendo utilizar distintos procedimientos. El entrenamiento típico para inducir hipertrofia muscular implica la realización de 3-5 series hasta el agotamiento (20-30% 1RM) con breves periodos de recuperación. Este entrenamiento es aplicable en el rendimiento deportivo, pero también a todas aquellas personas con capacidad reducida para trabajar con altas cargas, como en post-operatorios, rehabilitación, artrosis, rehabilitación cardiaca, edad avanzada ó atletas en periodos de descarga.
Como siempre, la aplicación de esta modalidad de entrenamiento requiere profesionales cualificados adecuadamente entrenados, pero no son necesarias “condiciones de laboratorio”. Es más, debería ser ya habitual en salas de fitness utilizado por fisioterapeutas y graduados en ciencias del deporte, y bajo mi punto de vista en un entorno médicamente controlado con el fin de descartar posibles contraindicaciones.